La compañía Molecular Gate, creada por investigadores del ICMAB, ofrece un material inteligente de etiquetado basado en nanotecnología solo visible mediante luz polarizada.

 

Molecular Gate, empresa del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con asiento en Barcelona, España, ha desarrollado un método basado en nanotecnología que permite mejorar el etiquetado de productos para impedir su falsificación. La misma consiste en controlar la nanoestructura de los elementos impresos en la superficie del producto, teniendo en cuenta su orientación molecular y la composición de los materiales.

Según ha informado el CISC, la idea es que el elemento de seguridad estampado sólo se revele cuando se observa con un sistema de polarización sencillo, como una cámara de teléfono móvil, mientras que permanece invisible a simple vista.

El método ha sido desarrollado por los investigadores Mariano Campoy-Quiles y Aleksandr Perevedentsev, del Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB-CSIC), que han creado la empresa Molecular Gate S.L, que tiene la licencia para poner en marcha esta tecnología patentada.

Una de las primeras aplicaciones de esta tecnología está destinada a impedir la falsificación de fármacos y vacunas. La empresa creará componentes antifraude para los envases típicos de la industria farmacéutica, como frascos y blísteres, para garantizar que los productos sean auténticos.

La mayoría de las soluciones actuales sólo se centran en la seguridad a nivel de empresa, con un elemento de seguridad oculto para autentificar el envase. La seguridad a nivel de cliente es más deseable y versátil, pero es más difícil de implementar, porque los hologramas, muy comunes, se consideran ahora insuficientemente seguros, mientras que otros posibles sistemas suelen ser demasiado caros o requieren hardware o software especializado para su verificación.

La empresa tiene el objetivo de ofrecer un sistema de seguridad único y efectivo para el mercado farmacéutico, que ayudará a verificar la autenticidad de los productos, como por ejemplo las vacunas, a la vez que garantizará su correcta manipulación durante el almacenamiento y el transporte. Los investigadores prevén que la tecnología “no sólo permitirá una verificación visual directa y legible por una máquina sencilla, sino que también será casi imposible de falsificar por otros métodos”.

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