Una acción popularmente expandida en todo el mundo que no siempre trae buenos resultados.

Para algunas personas es muy común partir o triturar sus medicamentos porque la pastilla es grande y difícil de tragar o para ahorrar dinero, comprando sólo la mitad de la dosis indicada, cada mes, sin antes preguntar al doctor o farmacéutico si puede recurrir a esta práctica.

Frente a esto, el Dr. Victor Atallah, cardiólogo internista, nos enlista los por qué hay que tener cuidado:

1. A veces no se tiene precisión para cortar justo la mitad, o algunos pedazos se desmoronan, descompensando así el compuesto activo en ambas partes, y por ende, la dosis no resulta exacta.

2. Hay medicinas que tienen un tiempo de liberación determinado que deben llevarse acabo de forma gradual y continuamente. Si se corta o tritura, toda la medicina se absorbe en un momento, elevando así los niveles de sangre y causando efectos secundarios no deseados. Pastillas de larga duración y medicamentos que tienen una combinación de drogas, llamados XR, SR, retard o acción retardada, antihipertensivos y tratamientos para diabetes, son un ejemplo de éstos.

3. Hay pastillas que contemplan una capa entérica, protección que previene que la medicina sea digerida por los jugos gástricos del estómago. Entonces, si se parte o tritura se pierde dicha protección, puede irritar el estomago, esófago y no se absorbe adecuadamente.

4. Por lo antes dicho, Atallah recomienda que si el doctor autoriza a cortar la tableta, mejor utilizar una herramienta adecuada (no cuchillos ni tijeras); existen aparatos especiales para esto. Además aconseja cortar una pastilla a la vez: tomar ambas mitades y luego proceder con la siguiente, ya que pueden resultar afectadas por el calor o humedad ambiental.

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