Curas milagrosas

Cinco tips para aprender a distinguir un medicamento nuevo y evidencia de que funciona, de uno que promete engañosamente algo que no puede ser demostrado.

Por Katherine Calderón (@ampicilina500)

El presente tema lo presentamos a propósito de que, una vez hizo su aparición abrupta el COVID-19, cada vez es más frecuente escuchar sobre medicamentos, remedios o intervenciones que intentan convencernos de que van a prevenir o eliminar el virus, desde las famosas gárgaras de agua con sal hasta un nuevo spray nasal que promete eliminarlo en segundos.

Ante este bombardeo de información, lo más importante es mantenernos críticos y evaluar la información recibida. Y a pesar de que no seamos científicos, una simple búsqueda puede ayudarte a determinar si la información que lees es veraz o si debes dudar de la misma.

Distinguir la información. Cada cierto tiempo aparece un medicamento, remedio, producto o suplemento que promete prevenir o curar alguna enfermedad. Por lo general llega rompiendo todos los esquemas conocidos y desafiando los tratamientos actuales que existen contra determinado padecimiento. Pero, ¿cómo puedo distinguir una atentica terapia novedosa de un engaño comercial?

1. ¿Quién lo dice?

Las terapia, medicamentos o intervenciones que tienen buen sustento científico provienen de compañías o instituciones con credenciales que podrían indicar su validez. Por lo general cuenta con una página web donde cuentan quiénes son, qué hacen, y sus productos están descritos al detalle. Tambien pueden ser vistas algunas reseñas en periódicos o revistas científicas.

2. ¿Tiene estudios que lo soporten?

Todos los medicamentos o intervenciones utilizados para una enfermedad deben probar que funcionan a través de estudios o ensayos clínicos, a los que se pueden acceder fácilmente desde el internet. Los resultados deben ser contundentes y reproducibles, es decir, que no haya duda de su efectividad y eficacia, y que los mismos se repitan en otros no financiados por la institución que los fabrica.

3. ¿Sus promotores apelan a testimonios, emociones y figuras de autoridad?

Una de las características de las intervenciones de dudosa efectividad es que quienes las promueven apelan a testimonios de otras personas para tratar de convencer que funcionan. Tambien tratan de manipular mediante las emociones; incitan a la desconfianza de la medicina tradicional o a creer existe una conspiración oculta que impide que la gente conozca la verdad. En ocasiones apuntan a una figura de autoridad para tratar de inspirar respeto y convencer de que si ellos lo dicen debe ser creído, en vez de señalar hacia estudios científicos.

4. ¿Quién está hablando de ellos?

Una terapia novedosa, que cuente con estudios serios y pueda ser utilizada en cualquier parte del mundo, será comentada en medios respetados, tanto nacionales como internacionales, así como en revistas científicas indexadas.

5. ¿Dónde se está utilizando?

Algunos medicamentos de dudosa afectividad suelen mercadearse en países de medianos y bajos ingresos, en donde el nivel educativo es menor y las regulaciones sanitarias son más flexibles.

¿Es mejor lo natural?

Hablar de té, plantas, aceites, suplementos y otros elementos que se usan como remedios naturales resulta controversial por muchas razones, y quizá una de las más importantes es que nos han vendido la idea de que lo “natural” es mejor que lo procesado porque lo primero está “libre de químicos”. Tambien porque algunos remedios son más económicos, por costumbre o por tradición.

Hablar de que los remedios naturales son superiores porque no tienen químicos, alimenta la quimiofobia pues, a ciencia cierta, todo contiene elementos químicos, sea que provenga de un árbol o de una farmacia.

La ciencia tiene una deuda respecto a la investigación de la efectividad de muchos remedios y suplementos naturales. Sin embargo, si optas por consumirlos consúltalo con tu médico.⠀

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